El reciente anuncio del gobierno de Estados Unidos sobre la imposición de aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México ha generado preocupación en la industria tecnológica. Este cambio en la política comercial podría tener un impacto significativo en las cadenas de suministro, la inversión extranjera y el crecimiento de la economía digital mexicana.
Tras una conversación entre la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el presidente de EE.UU., Donald Trump, se acordó una pausa de un mes en la implementación de los aranceles mientras se trabajan en soluciones conjuntas. México desplegará 10,000 elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte para reforzar la seguridad y se establecerán mesas de trabajo sobre migración, seguridad y comercio.
Este acuerdo proporciona un respiro temporal a la industria tecnológica mexicana, aunque la incertidumbre sigue latente. Si los aranceles llegan a implementarse, las empresas tecnológicas mexicanas que exportan a EE.UU. podrían enfrentar un aumento significativo en los costos de exportación, afectando su competitividad.
La disrupción en la cadena de suministro es otra consecuencia probable. La industria tecnológica en México depende de materiales y componentes extranjeros, y los aranceles podrían provocar retrasos en la producción y la necesidad de buscar nuevos proveedores, aumentando así los costos operativos.
Además, la reducción de la inversión extranjera directa podría ser un efecto secundario. Empresas extranjeras podrían reconsiderar sus planes de inversión en México debido a la incertidumbre comercial, lo que limitaría el crecimiento del ecosistema tecnológico y podría afectar la generación de empleo.
Las startups y PYMEs tecnológicas también podrían verse gravemente afectadas. La disminución de oportunidades de exportación y el aumento de costos operativos podrían representar una barrera para su expansión y desarrollo en el mercado estadounidense.
Algunas empresas podrían incluso optar por la reubicación de operaciones a países con condiciones comerciales más favorables, lo que resultaría en una pérdida de empleos y un impacto negativo en la economía mexicana.
A pesar de estos desafíos, existe la posibilidad de oportunidades para diversificación de mercados. México podría fortalecer sus relaciones comerciales con Europa, Asia y América Latina para reducir su dependencia del mercado estadounidense.
La situación sigue siendo crítica, y aunque el acuerdo inicial ofrece un respiro, la industrias tecnológica deberá prepararse para un entorno volátil y explorar nuevas estrategias para asegurar su futuro en este complejo panorama comercial.
Fuente: Michel Jiménez, Tres Digital